Los masajes eróticos son una gran herramienta para avivar la llama de la pasión en las parejas. Pueden ser una oportunidad para conseguir encuentros sexuales más placenteros y satisfactorios, además de ser momentos divertidos. Estos masajes pueden aplicarse como parte de los juegos preliminares a la relación sexual para salir de la rutina y atreverse a nuevas experiencias.
Aprender a realizar estos masajes puede marcar la diferencia en cualquier relación. Es muy común que los amantes se quejen de la falta de creatividad de la pareja o del poco interés que se muestra por los preliminares. Las mujeres en su mayoría prefieren que se le dedique tiempo a los besos, caricias y juegos previos para sentirse más cómodas y deseadas.
Para dar un masaje erótico es fundamental crear el ambiente adecuado. Puede comenzar por poner música agradable que los ayude a generar una atmósfera de intimidad y sensualidad, si es la música preferida de su pareja será un plus adicional que de seguro ayudará mucho.
Elige un lugar seguro y tranquilo, donde no existan interrupciones y donde puedan dejar volar la imaginación. Puede bajar la intensidad de la luz o si prefiere puede jugar con la iluminación a través de velas que pueden ser aromáticas o lámparas de luz tenue. La temperatura es importante para crear ese ambiente cálido y de intimidad, no puede ser muy alta ni muy baja.
Ya con el ambiente preparado es importante que cuentes con los elementos necesarios para realizar el masaje: aceites, cremas, toallas y los juguetes que sean de tu preferencia y de tu pareja. Ya una vez que se tenga a mano todos los elementos debes elegir por donde quieres iniciar, cual zona del cuerpo y manos a la obra.
Es importante que tus manos estén tibias antes de iniciar y tener la mejor disposición para disfrutar el momento. Puedes comenzar por la cabeza, para ello tu pareja debe recostarse sobre una almohada, debe colocarse de rodillas detrás de él o ella e inicia el masaje, puedes iniciar en la frente muy suavemente, recorriendo con los dedos toda la zona. Alterna ambas manos y puedes repetir estos movimientos unas 15 veces, cambiando gradualmente la intensidad y presión del masaje.
Estas caricias estimulan lo que se conoce como el tercer ojo, que es el centro de energía detrás de la frente. Con los masajes tu pareja logrará relajar las tensiones y el estrés y te lo agradecerá grandemente. El masaje puede iniciarse en la cabeza y allí partir a recorrer todo el cuerpo.
Puede luego concentrarte en la espalda y el pecho hasta llegar a la zona de los glúteos y las piernas. Los masajes en los brazos también son muy placenteros al igual que en los pies. Debe tener pendiente variar la técnica del masaje constantemente, y especialmente constatar las señales de tu pareja; puedes presionar, amasar la piel o acariciar, realizar toques específicos o simplemente rozar. Lo importante es que los disfrutes y sea una experiencia compartida placentera